viernes, 8 de noviembre de 2013

Cimarrón de Montaña

 
Si por casualidad lees esto o andas cerca de Los Negros “no dejes que el tiempo se termine sin llegar a la mitad” y aplaude tu también al “cimarrón de montaña”.

Por Adyanis Castillo Licea. adyanis@gritodebaire.icrt.cu

Unos hombres nacen para que el universo entero los admire, porque irradian luz en la penumbra. Otros brillan pero/y no alcanzan el cielo.
 
“La suerte sucede cuando la preparación y la oportunidad se encuentran”. A Santiago Almaguer Valdés no se le cruzó en el camino.

 
Bendita suerte, no llegaste a Piloto del Medio en Mayarí, ni a Naranjo de China en Tercer Frente, a Pino del Agua en Granma, a Guamá, ni a Los Negros de Contramaestre, no tocaste a su puerta en ninguno de estos lugares en donde vivió; él que lleva más de 50 años componiéndole a la Patria, al amor a la realidad, a la vida.

 
Traviesa eres/suerte, sus décimas te esperaban en los guateques allá por 1970, en fechas conmemorativas, concursos, en cada lugar en el que echó al aire una de ellas.

 
El talento se impone porque en sus venas circula inspiración a cada momento, deseos de gritarle al día “el mundo que lleva dentro.”

 
Más de trescientas décimas que parece no nacieron “para ser fuertes y pulidas, son una joya perdida en un rincón del camino, que por pobres y montunas, trasnochadas bajo el frío, esperaban en el camino un rey mago que no vino a visitar su bohío”; así sus décimas, “hijas del cedro y la palma, crecieron llevando en el alma sombra de melancolía; soñando con un maestro, un libro y una pizarra.*

 
Forastera suerte que no has escuchado “La Voz de Angel”, como se hace llamar Almaguer, de seguro te harás preguntas y cuestionarás su alma de poeta, pero las respuestas las encontrarás en su arte.

 
Hoy, amigos, familiares, admiradores y hasta el que acaba de conocerlo le aplaudimos por existir. Si por casualidad lees esto o andas cerca de Los Negros “no dejes que el tiempo se termine sin llegar a la mitad” y aplaude tu también al “cimarrón de montaña”.

*Parafraseo de unos fragmentos de la décima de Santiago Almaguer “Décima a mi décima “escrita en 1985 como inspiración a la frase de un amigo poeta suyo Maximino Pozo Méndez de II Frente, Santiago de Cuba: qué lástima que no puedas pulir tu décima”.

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